jueves, 26 de enero de 2017

CUALQUIER COSA NO VALE...



Eres tan especial para mí, que cualquier cosa no vale para contentarte...
La mejor idea se vuelve insignificante, todo es poco, todo es mínimo.
No hay suficientes palabras, no basta con el mejor pensamiento, con el sentimiento más profundo.
Rebusco en mis archivos; el mundo es poco, el infinito no es suficiente, los límites nunca están señalados.
Resulta que me pierdo en mi propio mar de dudas y me ahogo entre mis lágrimas intentando entenderte y entenderme... y no lo logro.
El cielo se cubre de nubarrones negros y llueve a mares, por ti y por mi.
Enero va llegando a su fin. ¡Que se vaya y se lleve mis congojas!
El frío de fuera me hiela hasta el alma y me hiere no encontrar el camino que nos sirva de puente.
Te observo distante, que no distinta... y te quiero como siempre y como nunca, más yo que de costumbre.
Me elevo y te busco desde arriba, desde donde nadie alcanza a ver, desde donde tan solo yo puedo encontrarte y me estremezco cuando por fin te tengo.
No dejará de llover por ahora. Las lágrimas de las nubes limpiarán las caras de los llorones y se llevarán las penas, arrastrándolas arroyo abajo.
Mañana quiero que vuelvas a ser parte de mi aire, de mi oxígeno, de mi vida, como viene siendo desde que mi vida se quedó trabada a la tuya.
Mañana te esperaré si vienes como si no.

Airam E. M.

(Imagen de la red)

2 comentarios:

  1. Cuando nada es suficiente, la música de las palabras escritas hacen eterno el sentimiento, para después al leerlo una y mil veces, volverlo a saborear como si fuese la primera vez.
    Muchas gracias Juanjo.

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